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Miguel Ángel Pérez, trabajador de Laborsord “No es justo que muchas empresas nos rechacen por ser discapacitados"
LABORSORD se caracteriza por brindar a personas con discapacidad auditiva una oportunidad de integración y accesibilidad, al tiempo que garantiza una seguridad laboral a través de su Centro Especial de Empleo, que en la actualidad cuenta con una plantilla de unos cincuenta trabajadores y trabajadoras, siendo un referente en la inserción laboral de personas con discapacidad.
Uno de estos trabajadores es Miguel Ángel Pérez Castillo, que a sus 37 años goza de un trabajo ajustado a sus capacidades y que no le supone ningún tipo de limitación a pesar de tener una discapacidad auditiva. Cuenta Miguel Ángel que su discapacidad fue detectada desde niño pero aún así nunca se sintió diferente al resto. “No me he sentido diferente por ser discapacitado y lo llevo bastante bien”, señala.
Aún así, reconoce que años atrás se le dificultaba el encontrar trabajo precisamente por ser una persona sorda. “Cuando iba a las entrevistas y se daban cuenta que tenía una discapacidad no me seleccionaban. Muchas empresas ordinarias no contratan a personas con discapacidad y eso debería ser sancionado. No es justo que nos rechacen sólo por tener una discapacidad”, dice Miguel Ángel. Destaca que comenzó muy tarde a trabajar porque desconocía que existían fundaciones que se encargaban de integrar a los discapacitados y les permitía acceso a la vida laboral.
Fue así como en su pueblo natal, El Sauzal, conoció a LABORSORD a través de un cartel. Enseguida se puso en contacto con la Fundación y desde hace 15 años no ha dejado de trabajar. Comenzó como peón y en 2011 alcanzó la categoría de oficial de primera y se dedica desde entonces al mantenimiento de jardines. “Me gusta mi trabajo. Somos un gran equipo de personas con diferentes tipos de discapacidades y nos ayudamos unos a otros”, sostiene.
Sobre las empresas públicas y privadas que se resisten a contratar a discapacitados, Miguel Ángel reclama que deberían manejar la lengua de signos para, de esta manera, facilitar la comunicación, colaborar en la empleabilidad para este sector de la población y no descartar ninguna candidatura sólo por ser persona sorda.
Casado con una persona sin discapacidad y padre de una niña, Miguel Ángel ha podido integrarse a la perfección en la sociedad. En LABORSORD ha podido crecer profesionalmente y ha aprovechado varios cursos que ofrece la Fundación a sus trabajadores y trabajadoras. “Aquí he encontrado calidad y seguridad laboral, por eso animo a todas las personas con discapacidad a que vengan a LABORSORD y entreguen su currículum, con suerte podrán formar parte de una gran familia”, concluye.
Sin duda una muestra de superación que hace posible que las limitaciones no tienen fronteras. Así como Miguel Angel, muchas personas con discapacidad intentan integrarse en la sociedad y es nuestro objetivo en Laborsord, lograr que la discapacidad no sea un impedimento para alcanzar un desarrollo laboral y emocional.